jueves, 30 de agosto de 2012

Cueva del Viento

      En Icod de los Vinos  (Tenerife, islas Canarias), se encuentra el complejo subterráneo Cueva del Viento-Sobrado. Es el mayor tubo volcánico de la Unión Europea. Fue originado por coladas de Pico Viejo, situado junto al Teide.

    Visitar la Cueva del Viento permite comprender el papel de las coladas en el volcanismo, y contemplar las caprichosas formas de la lava en el interior de la tierra. Es un ejemplo de complejidad geológica.


     En sus más de 17 kilómetros de extensión, se encuentran tres niveles de pasadizos diferentes y bellísimos fenómenos geo-morfológicos, como simas, terrazas y otras formaciones lávicas.

     La Cueva del Viento es una cavidad volcánica enclavada en el barrio de Icod de los Vinos que lleva el mismo nombre. Se formó hace 27.000 años en lavas basálticas procedentes de la primera fase eruptiva del volcán Pico Viejo, situado en las faldas del Teide .

     Este tubo, cuyo nombre se debe a las importantes corrientes de aire que se producen en su interior, es el cuarto más largo del mundo (18 kilómetros). Constituye una enorme red laberíntica de pasajes subterráneos, siendo innumerables las ramificaciones aún sin explorar, que permitirán ampliar su longitud en el futuro. La Cueva del Viento también destaca por sus características geomorfológicas únicas, ya que su red de galerías se dispone en tres niveles superpuestos, fenómeno que no está descrito en ningún otro lugar del mundo. Además presenta una amplia variedad de estructuras de origen primario tales como estalactitas de lava, cascadas lávicas, terrazas laterales y lagos de lava, entre otras, así como concreciones exógenas de diferente composición (carbonato cálcico, cristobalita y otros compuestos de sílice).

     La mayor relevancia biológica de esta intricada cavidad volcánica es su fauna subterránea, que constituye una fuente constante de nuevos hallazgos. La cueva alberga un total de 190 especies conocidas, la mayoría invertebrados. De éstas, 48 son troglobias, esto es, animales que sólo pueden vivir en el medio subterráneo. Entre estas especies condenadas a vivir en la oscuridad, 15 han resultado ser nuevas para la ciencia, como la cucaracha sin ojos Loboptera subterránea o los carábidos Wolltinerfia martini y Woltinerfia tenerifae. En su interior también se encuentran gran cantidad de restos fósiles de animales vertebrados ya extinguidos, como la rata y el lagarto gigantes, y otros restos óseos de especies desaparecidos en Tenerife, como la graja y la hubara.