El Parque Rural de Anaga ocupa gran parte del macizo montañoso
situado en el extremo nordeste de la Isla de Tenerife. Con una extensión
de 14.419 hectáreas abarca una parte importante de la Isla de Tenerife y
se ubica en parte de los municipios de La Laguna, Santa Cruz de
Tenerife y Tegueste. Se trata de un espacio abrupto con
excepcionales valores naturales y culturales, que cuenta con paisajes de
gran armonía y belleza, fruto de la coexistencia del ser humano y la
naturaleza en un territorio agreste. Hoy constituye una de las
principales áreas de esparcimiento del área capitalina de Tenerife y es
también un gran atractivo turístico, lo que ha de servir para ayudar a
preservar su población y su cultura local y mejorar sus condiciones de
vida.
Anaga tiene una interesante red de carreteras y de senderos que nos pueden acercar, en coche o caminando, a lugares con excelentes panorámicas, rincones naturales de belleza espectacular o conocer sus numerosos y pintorescos caseríos y participar de las formas de vida de sus gentes.
Anaga
ofrece un paisaje espectacular y una gran diversidad natural, resultado
de la propia orografía, y por la existencia de diferentes ambientes, que
van desde el más húmedo y lluvioso en las partes altas hasta aquellos
de elevada insolación y escasa pluviometría. Esta diversidad de
ambientes favorece el asentamiento de una rica y diversa naturaleza, un
abanico de comunidades que alberga numerosas especies animales y
vegetales, con más de 120 endemismos locales, algunos de ellos muy
escasos y amenazados.
El viento alisio cubre casi cada día del año las cumbres del monte
llenando de humedad y bucólicas imágenes el paisaje. La humedad de los
alisios permite la existencia de los bosques de Anaga, de sus brezales, helechos y laurisilva.
Caminando por sus senderos sentiremos la humedad del salado viento en
nuestras caras y vadearemos charcas como si de un monte jurásico se
tratara. Bien es cierto, que como en toda Canarias, la fauna es escasa y
rala, pero ello no quita ni un ápice de emoción al paseo. Entre los hábitats naturales de Anaga se
encuentran algunas de las mejores manifestaciones de los ecosistemas
canarios. Destacan por su buen estado de conservación los bosques de
laurisilva de sus cumbres, los sabinares como el de Afur o los
cardonales tabaibales del extremo oriental del macizo.