La Palma tiene bien merecido el sobrenombre de “La Isla Bonita”. Más del
35% de su superficie está protegida como Parque Natural, Reserva,
Paisaje protegido, Monumento Natural o Sitio de Interés Científico, sin
olvidar que la isla en su totalidad está declarada “Reserva Mundial de
la Biosfera”. Gracias a sus cielos oscuros y despejados durante casi todo el año, La
Palma se ha convertido en un enclave privilegiado para la observación
astronómica.
Las especiales condiciones climáticas de La Palma y su singular
orografía suponen una gran riqueza natural y paisajística, lo que unido a
la extensísima red de caminos y senderos balizados existente, que tan
pronto transcurren a nivel de mar, como salvan profundos barrancos, o
ascienden a más de 2.000 m de altura, hacen de esta isla el destino
soñado por montañeros y caminantes.
El punto culminante de la Palma es el Roque de los Muchachos (2.426 m),
situado en el extremo noroeste del cresterío de la Caldera de Taburiente.
En su entorno se ubican varios telescopios debido a las excelentes
condiciones del lugar para la observación astrofísica. Una sinuosa
carretera, llega hasta la cumbre desde Mirca, cerca de Santa
Cruz de la Palma y desciende por la vertiente opuesta hacia Puntagorda.
El acceso rodado facilita la presencia de turistas en la cumbre, lo que
puede restar algo de encanto a lugar. Sin embargo la belleza de las
variadas rutas para llegar caminando por tranquilos parajes y la visión
de la impresionante Caldera de Taburiente, harán disfrutar enormemente
de la ascensión por cualquier vertiente.